Soplan vientos de cambio

Viendo el titular que me ha venido a la cabeza para este post en los tiempos que corren, lo cierto es que podría hablar del cambio que va a ser necesario en el modelo de relaciones de las organizaciones en pleno estado de alarma provocado por la pandemia mundial, en cómo vamos a tener que cambiar nuestra base de interacción social con otras personas, en la rápida evolución que hemos ido viviendo, pasando de la conveniencia del teletrabajo a la necesidad, en las herramientas colaborativas on line… pero no, hoy quiero hablar del significado del cambio de proyecto profesional que me dispongo a emprender tras casi 14 años dedicado a Ferruelo y Velasco.

Salí de la carrera de Psicología el año 2006 y me decidí a hacer el Máster de RRHH de la Universidad de Deusto sin tener muy claro qué es lo que quería hacer con mi vida y con gran incertidumbre acerca de lo que me podía deparar el futuro.

En el Máster nos facilitaban la posibilidad de hacer prácticas, lógicamente era un elemento fundamental para dar los primeros pasos y entrar en contacto con el mundo profesional. Quién me iba a decir a mí que en este año 2006 /2007 iba a conocer a personas de la UD y de la organización en la que me embarcaba que me iban a marcar y dejar una profunda huella, no sólo desde la perspectiva profesional, sino también personal.

Josune, una de esas personas, me habló de un proyecto, Ferruelo y Velasco se llamaba, no lo conocía… recuerdo que lo comenté con mi hermano y él mismo me trasladó buenas sensaciones, aunque su visión de empresa de selección distaba de lo que me fui a encontrar allí.

Comencé en Ferruelo y Velasco con muchas ganas de demostrar, con motivación, ilusión y ganas, algo que creo me ha acompañado durante todos estos años. Me encontré un proyecto retador, un proyecto en el que aportar valor a organizaciones desde un plano estratégico en la función de personas y ayudando a desplegar cambios en su modelo de negocio y organizativo, donde he sentido que año a año las personas que hemos ido conformando el proyecto hemos podido crecer personal y profesionalmente. El equipo ha ido evolucionando, consolidando conocimientos y capacidades y, más allá de la actividad del día a día, hemos ido tejiendo lazos muy estrechos, trascendiendo la faceta profesional.

Los ingredientes principales que han hecho de F&V un proyecto como lo que es hoy los tengo claros: equipo, confianza, transparencia, coherencia, relaciones, vínculo afectivo, conocimiento y entrega en los proyectos.

La interacción con los clientes, las tan reveladoras conversaciones con Oscar, los momentos compartidos con Laura, Oihane, Marian, Naia y el resto de personas que de una forma u otra han compartido un hueco con nosotros a lo largo de estos años… de todos y cada uno de ellos me llevo en la mochila aprendizaje, humor, evolución, afecto y amistad.

Soplan vientos de cambio, una corriente que me lleva a poner a prueba el aprendizaje personal y profesional desarrollado durante todos estos años en un entorno distinto, vientos que sin duda me llevarán a salir de mi zona de confort y a desarrollar otro tipo de aprendizajes, pero sé que no por ello me distanciaré del proyecto de F&V, porque el proyecto lo conforman las personas y sé que este vínculo es tan estrecho que va a seguir perdurando por lo años.

Sólo me queda dar las gracias por la cercanía, la comprensión, la colaboración, el conocimiento desarrolladoy la aportación desinteresada, así como por haberme permitido y seguir permitiéndome participar y formar parte de una realidad que va más allá de lo que es un proyecto profesional apasionante, una realidad en la que sin ninguna duda las personas importan.

¡Eskerrik asko equipo!

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